Kiss me.
Jimin se encontraba en la sala de descansos de doctores, sirviéndose una taza de té verde. Eran las cinco de la mañana y su turno apenas comenzaba, luego podría tomar algo liviano en el desayuno junto a Minhyun.
—Minnie, buenos días —Chanyeol entró a la sala sonriente, saludándolo con un beso en la mejilla.
No había malicia de por medio, de todas maneras ambos habían estado casados y la costumbre de preocuparse y ser dulces el uno con el otro permanecía. Por lo que no era extraño verlos a veces bromeando muy de cerca o incluso abrazándose.
Muchos especulaban que quizá aún había sentimientos de por medio, dado que dos años de separación no era mucho, menos cuando ambos se veían la cara todos los días. Y quizá eso podía confundirlos, haciéndolos entrar en un proceso de sanación más lento.
Pero todo estaba bien, Jimin ya lo había superado y se enfocó en su carrera como doctor, mientras que Chanyeol comenzó a salir y conocer a otras personas. Estaba bien, Park no se sentía ofendido por ello.
—Buenos días, Channie —saluda, devolviéndole la sonrisa, mientras le da un sorbo a su té.
—Hace mucho no te he visto. ¿Te has estado cuidando, verdad? —se voltea a él mientras se sirve una taza de café fuerte.
Al convivir juntos, literalmente él siempre se la pasaba recordándole a Jimin que debía comer, y generalmente siempre le dejaba toppers de comida y ensaladas para que se alimentara.
Jimin era bastante descuidado con la comida, se enfocaba más en sus pacientes que a veces pasaba turnos de treinta horas solo con un té verde, su favorito, y una galleta. Chanyeol odiaba esa mala costumbre, por lo que en esos dos años de matrimonio siempre se encargó de cocinar por él.
Era encantador, Jimin siempre se lo agradecía porque por él se lo mantenía saludable y rellenito, además de cocinar exquisito. Y una de las preocupaciones de Chanyeol al separarse de Jimin era esta, el que no se alimentara bien después del divorcio. Aún seguía siendo su mejor amigo y se preocupaba.
—Sí, bueno... He pasado algunos días muy atareado y se me olvida que tengo que comer —Park da una risita nerviosa, esperando un regaño de su parte. Y por supuesto que lo tuvo.
—¡Jimin! Sabes que nunca me gustó esa mala costumbre. Tienes que cuidarte mucho, oíste —Chan puso una mano en su hombro, mirándolo preocupado—. No porque seas doctor significa que-
—Que soy inmune, lo sé —lo interrumpe—. Tranquilo, Channie. Solo han sido unos días de mucho estrés que no se me apetece cocinar nada.
—Eso lo entiendo pero... Podrías comer en el edificio o pedir algo para llevar —lo mira en desaprobación—. Te veo más delgado, Minnie... Lastimosamente nuestros turnos juntos no se es constantes, si no te tendría bien alimentado —sonríe con dulzura.
Jimin suelta una risita.
—Ya no eres mi esposo, Chan. No tienes ninguna responsabilidad por mi ahora.
—Pero sigues siendo uno de mis mejores amigos, jamás permitiría que sigas malos hábitos después de haber vivido contigo dos años —Chanyeol le da un pellizco a su mejilla y ríe cuando Jimin protesta—. Cocinas tan delicioso, no entiendo como no lo haces tan seguido.
Jimin da un tierno puchero.
—Me encanta cocinar, pero nunca tengo tiempo... Llego tan cansado del hospital que a veces duermo por quince horas seguidas. Y si no voy a cocinar con pasión y tranquilidad, mejor ni cocino. Me va a salir mal.
Chanyeol rió.
—Pobre del alfa que consigas, Jimin —este lo miró ofendido y él se apresuró a corregir—. ¡No me malentiendas! Eres un omega espectacular, pero sabes que no todos los alfas son tolerantes con respecto al tema de los deberes del hogar. Yo cocinaba por ti porque te quiero muchísimo y no me gustaba verte así. Pero... No sabes como será tu futuro alfa. Si serán de esos que prefieren que te quedes en casa con las tareas del hogar... Y si no cocinas pues...
—¿Me estás diciendo que si no cocino para él puede que me deje? —inquiere burlón—. Chanyeol, yo no nací para ser empleado de nadie, él tendría que comprender que mi profesión es por y para las personas, para salvar vidas. Algo tan trivial como la cocina y tareas de casa no son para mí cuando cada minuto hay una vida que está en peligro.
—Sí, en eso sí concuerdo contigo —dice pensativo.
—Además, no sé que futuro alfa hablas. Yo ya me resigné, Chanyeol. Después de ti, no habrá nadie más, ni pienso comprometerme de nuevo.
Este lo miró con tristeza.
—Jimin... Aún tienes treinta años, tienes exactamente diez años más para que... Bueno, terminen tus años fértiles de omega. Podrías seguir con el tratamiento que Jeongyeon te comentó y así en unos años podrías formar una familia con un alfa y-
—Chanyeol, si yo no pude formar una familia contigo, dudo que lo haga con otro alfa —se voltea, mirándolo seriamente—. ¿Tratamiento? ¿Para qué? ¿Quién querría estar con un omega viejo que cada vez sus celos son más intensos y realmente no puede concebir? —sonríe con tristeza—. Hay que aceptarlo, yo... Mis años ya no son para buscar pareja. Son para haberla tenido ya, quizá junto a un hermoso cachorro... Pero no. Eso no sucedió contigo, no pasará con ningún otro alfa. Además ninguno aceptaría mi condición.
—Minnie, sé que te asusta. Pero recuerda que ese tratamiento podría darte una esperanza de cincuenta cincuenta... Si encontraras a tu destinado él lo entendería y tú queriendo tener un hijo más que a nada, el tratamiento podría llevarse completo —consuela.
Ese tema era algo delicado para ambos. Ya que sólo ellos dos, Jeongyeon y Hoseok eran conocedores del problema que arrinconaron a Jimin y a Chanyeol a terminar; Chan quería un cachorro, pero Park no podía dárselo por más que lo intentaran. Luego de intensos exámenes determinaron que Jimin era un omega estéril.
Chanyeol lo apoyó en un inicio, ya que por supuesto había sido un golpe duro para ambos, además del rotundo rechazo del señor Park a su hijo. Si antes lo rechazaba discretamente, pero lo toleraba un poco, luego de darse cuenta que su único hijo omega no podía ni siquiera darle un nieto, eso fue un completo desprecio. Llevándolo a la tumba sin siquiera disculparse ni por un segundo con su hijo por sus palabras.
"Eres un omega defectuoso, ni siquiera sirves para darle un hijo a tu alfa. No sirves ni para la naturaleza ni como omega"
Luego de esto, Jimin se hundió en una depresión, preguntándose que podría haber estado mal con su cuerpo. Pero conforme pasaron los meses y se recuperaba, Chanyeol le había planteado la idea de un tratamiento que si se llevaba al pie de la letra, tomaría tres años o un poco más en poder concebir. Aunque no era nada seguro, y Jimin no quiso. Por lo que los llevó al divorcio.
—Chan, si te soy sincero... Yo no quiero sufrir al lado de ningún alfa. ¿Y cuándo se entere que no puedo concebir? Ninguno se quedaría a mi lado. Además, ya estoy viejo. Ese tratamiento podría durar cinco años o más, y para ese entonces el embarazo se complicaría y sería riesgoso. Añadiendo que todos los alfas buscan un omega joven, fértil. Yo... Estoy mejor solo.
—¿Y quieres estarlo? —inquiere curioso—. ¿No quieres tener un cachorro, Jimin?
—Es lo que más deseo —los ojos de Jimin se pusieron aguados y llorosos.
Eso era un tema todavía delicado y doloroso para él, pero con Chanyeol no tenía filtros, y ya habían pasado por esa noticia juntos.
—¿Entonces? ¿Qué te detiene?
—Todo. No sabes cuánto anhelo y deseo tener un cachorro en mis brazos, saber que es mío, que lo creé con mi alfa... —baja la mirada, inconscientemente tocando su vientre—. Es tan difícil para mí atender omegas en estado de gestación, o cuando voy al piso de maternidad y ver todos esos bebés... Es como si mi lobo interior aullara con dolor y rasguñara mi interior, pidiendo tener uno. ¿Pero cómo se lo explico, Chanyeol? ¿Cómo le puedo explicar que nunca podré tenerlo?
—Jimin... —mencionó con tristeza—. Sé que es difícil, tu omega no lo entendería y es por eso que te castiga en cada celo, más intensos y dolorosos que los demás. Así funciona el cuerpo del omega, conforme pasa la edad fértil... los celos son insoportables y ridículamente dolorosos. ¿Ya has pensado en eso? ¿Cómo vas a tomarlos sin un alfa que te ayude?
—He estado sin ti dos años, veré que puedo hacer —Jimin muerde su dedo, pensativo.
Lo cierto es que tenía miedo. Los dos últimos celos fueron tan dolorosos, que tuvo que encerrarse a sí mismo para evitar salir a buscar al primer alfa que se le cruzara. Y según Jeongyeon, especialista en como trabaja el cuerpo de un omega, eso solo era el inicio.
Le había advertido que si llegaba a cierta edad sin ningún alfa de por medio por lo menos para que le ayudara, corría el riesgo de perder la conciencia en todo el celo y... se lanzara a calles de mala muerte con tal de encontrar alfas que saciaran su lujuria.
Así de intensos eran los celos y Jimin comenzaba a experimentarlos. Antes en su juventud, los celos los sobrellevaba con supresores, y podía controlarse durante el celo con juguetes, o incluso con algún alfa, estando consciente.
Ahora no sucedía lo mismo, Jimin perdía la conciencia en medio celo y actuaba por instinto, los supresores no servían y tenía que aguantarlo. Por eso los últimos celos tuvo que encerrarse, dado que si perdía su consciencia en medio de una ola de calor no sabía que era capaz de hacer.
—Y hablando de eso... —Chanyeol se acerca lentamente y olfatea su cuello, notando un ligero, dulce y embriagante aroma. Se siente algo mareado y abrumado por el olor, por lo que se aleja de inmediato—. Jimin, ¿qué tan cerca está tu celo?
—Dentro de un mes... En teoría —responde confuso—. ¿Por qué? ¿Huelo mal? —se olfatea.
—No, al contrario, hueles más dulce que de costumbre... Como si estuvieras cerca de tu celo —responde, pasando una toallita de olores sobre su nariz para quitar el olor de Jimin—. Lo noté cuando llegué pero hasta ahora lo mencioné.
—Yo no... No me había dado cuenta —sigue olfanteándose.
—Deberías cuidarte, Jimin... Si entraras en celo en el hospital sería un completo caos y un desastre. Imagínate la cantidad de alfas encima, y de omegas queriéndote asesinar —ríe.
—No soy irregular —confiesa—. No debería adelantarse... Tengo esos días libres en el hospital.
—Espero que sea así, Minhyun no perdería ninguna oportunidad, eh —bromea.
—¿Lo sabes?
—Por supuesto, en este hospital todo se sabe. Pero no estoy en desacuerdo. Es decir, desde que firmamos el divorcio sabes que mencioné que eras libre de unirte a algún alfa.
Algunos alfas cuando se divorciaban de sus omegas, fuesen por las razones que fuesen, imponían que, aunque estuvieran divorciados, el omega no podría estar con otro alfa, mucho menos casarse, también tenían derecho a sus posesiones y reglas que el omega tenía que acatar aún separados. Lastimosamente esto era legal, ya que el alfa era la cabeza de la familia y el omega no tenía mucha voz.
Pero Chanyeol no hizo eso. Dejó todo el camino libre y despejado a Jimin.
—Gracias, Chan... Pero yo ya me di de baja. Lo único que podía hacerme cambiar de opinión es mi destinado. Y eso... sabemos que no va a pasar. Puede que ya esté emparejado, casado, con hijos, muerto, o incluso al otro lado del mundo.
—O quizá a la vuelta de la esquina...
Jimin rió.
—Si claro. Andando, tenemos un turno que empezar.
O quizá a una habitación de hospital.
✧✦✧
Jimin se dirigió a la habitación del paciente Jeon, hace rato lo había monitoreado pero este estaba profundamente dormido. Así que decidió volver tres horas después. Debía checar sus heridas, su progreso, y que haya asistido a las terapias.
Lo que no esperaba era encontrarse con una graciosa y extraña escena al entrar. Una enfermera alfa discutía con él, casi arrancándole las vendas de su pecho y gruñéndole.
—¿Puedo saber qué está pasando aquí? —menciona, cruzado de brazos.
La enfermera se voltea hacia él con una mirada que alzaba fuego. Jimin se sintió un poco intimidado, aunque claro, una alfa femenina no tenía el mismo efecto que un alfa masculino, ambos eran muy diferentes en cuanto al estar con omegas hombres o mujeres, pero entre ellos eran iguales.
—¡Solo trataba de cambiarle las vendas, y este idiota me retó con su voz! —menciona, furiosa—. Ningún otro alfa antes me ha retado en este hospital como para que este lo haga.
Jimin dejó salir un suspiro de cansancio y se giró hacia él.
—¿Otra vez dando problemas, Jungkook? —se acerca. Este solo lo sigue con la mirada—. Ella solo está tratando de cambiar tus vendas y desinfectar las heridas. Solo hace su trabajo.
—No me gusta que me toque alguien que no me gusta —frunce el ceño, casi gruñendo y aceptando el reto que la enfermera soltó con una risita maliciosa. Definitivamente tenía que parar ese juego sino quería quedarse sin enfermera.
—Ustedes dos, basta. No actúen por sus instintos, son una enfermera y un oficial de policía, por favor, son más que alfas. Sean profesionales y no se rebajen a sus lobos —regaña.
Ambos se sintieron culpables, bajando la mirada.
En cierta parte era gracioso y lleno de ternura como un alfa actuaba cuando un omega se enojaba o los regañaban. Muchos decían que el omega era el soporte del alfa, y por mucho que idolatran a los alfas, todos sabían que siempre estarían y se desvivirían por el omega.
—Tiene razón, perdone doctor Park. Esto nunca me pasa —menciona avergonzada—. ¿Aún tengo que cambiárselas? —gruñe bajito.
—No te preocupes, Jing, yo lo haré... Por favor continúa con los otros pacientes.
Ella asiente y se marcha.
Era lo mejor, sabía que nunca estaría de acuerdo con aquel hombre. Y ella tampoco estaba para aguantarle los caprichos. Al ser ambos alfa, siempre serían competitivos entre ellos, desafiándose cuando algo no les gustaba.
Jimin por su parte, se sentó en la orilla de la camilla, y miró el rostro molesto de su paciente.
—Quita esa cara. Ya se ha ido —menciona, frunciendo el ceño—. Jungkook, necesito que te controles. Yo no estaré aquí para ti siempre que lo necesites. Tienes que acostumbrarte a las enfermeras que solo tratan de ayudarte.
Pero Jungkook no dijo media palabra, solo se le quedó observando fijamente mientras Jimin hablaba. Algo que ciertamente le estaba provocando nervios, no porque le tuviese miedo. Sino que... desde que lo había conocido, su omega se removía con inquietud.
Se preguntaba si el alfa de Jungkook era igual cuando lo veía a él.
—Jimin-ssi, quiero ir al jardín. ¿Se puede? —pregunta, interrumpiéndolo.
Park pestañeó confundido por el tierno apodo "ssi" al final de su nombre, algo que le pareció muy tierno pero no se atrevió a corregirlo.
—Sí, claro... Solo espera para cambiarte y desinfectarte las vendas y llamaré a una enfermera para que te lleve al jardín.
Jungkook negó.
—Quiero que seas tú.
Por algún motivo, el corazón de Jimin comenzó a latir fuertemente, con temor de ser escuchado. Quizá fue demasiado obvio puesto que Jungkook comenzó a reír al notar su sonrojo.
Inmediatamente tosió incómodo, y habló.
—Uh, eh... Yo... No te lo puedo asegurar. Tengo trabajo pendiente por hacer, y no soy doctor privado de nadie, estoy a cargo de otros pacientes.
Jeon suspiró en derrota, pero no dijo nada más.
Jimin aprovechó su silencio y se levantó de la camilla para preparar las vendas con agua oxigenada, un poco de algodón y alcohol.
Cuando se acercó, se sentó a su lado y comenzó a descubrir las vendas viejas, pasando sus manos temblorosas por su cintura y parte de su pecho. Trata de apartar su vista pero no puede, su perfecto abdomen marcado, y el tatuaje en la cadera le hace sentir sus piernas débiles y a su omega chillar con emoción, casi con ganas de lanzarse a sus brazos.
Jeon Jungkook era perfecto, no podía creer que un alfa como él pudiese existir. Y eso que ya había visto todo tipo de alfas, pero él era una maldita excepción que lo dejaba muy caliente y pensativo.
Jimin humedeció el algodón en el alcohol, y lo pasó suavemente por su pecho y las heridas que comenzaban a sanar. Ya no estaban abiertas para sentir escozor o dolor, por lo que Jungkook se relajó y miró al doctor hacer su trabajo. Algo interesante de todo aquel ambiente era el olor a feromonas mezcladas, haciendo el ambiente pesado y difícil de respirar. Había tanta tensión sexual que Jimin se sentía excitado por el aroma tan fuerte y varonil de Jungkook, sintiendo como su omega lo traicionaba y se humedecía.
No quiso decir nada cuando Jeon aspiró profundo y el exquisito aroma de su lubricante inundó sus fosas nasales. Estaba tan avergonzado consigo mismo que quiso salir huyendo, pero en lugar de hacerlo, solo bajó su mirada y siguió con las vendas.
—Necesito... Necesito que te incorpores —dice con un hilillo de voz, avergonzado.
—¿Sabes que puedo olerte, no? —inquirió con seriedad, acercándose a su rostro—. Un aroma tan dulce como el lubricante natural que sueltas es tan adictivo para los alfas como yo —confiesa, mirándolo fijamente.
—Esto... Puede suceder en cualquier momento, con cualquier persona. Al fin y al cabo es parte de nuestro instinto animal, sintiéndonos atraídos por el aroma de alguien —explica, tratando que su voz no lo delatara.
Pero era demasiado para él. El deseo molesto y creciente de lanzarse sobre sus labios era constante, sintiéndose hasta algo excitado por las circunstancias tan normales en las que estaban; cambiando sus vendas y limpiando las heridas. Pero Jimin no podía detenerse, llegando a pensar que quizá Chanyeol tenía razón, su celo se estaba acercando más rápido de lo esperado. Volviéndose un grave problema porque días antes de que llegara, su cuerpo sentía un hormigueo, y no podía pensar en nada más que fuera sexo.
Jungkook se acercó a su cuello ligeramente, y lo olfateó, llevándose a su nariz ese exquisito aroma de omega dulce que emanaban siempre en su celo. Soltó un pequeño gruñido y se alejó.
—Esto lo explica. Tu celo está cerca... Es normal sentirte así —explica, limpiándose la nariz con su camiseta en un costado.
Generalmente existían toallitas de olor para quitar y cerrar el olor a omega dulce de un alfa. Esto servía mucho cuando un omega entraba en celo y los alfas cercanos no podían acercarse por diversas razones, así que privaban su olfato por unos cuantos minutos con esas toallitas.
—¿Por qué te limpias la nariz? Acaso estás-
—Tu olor es insoportable —interrumpe. Jimin abrió su boca sorprendido y ofendido.
¿Qué era insoportable su olor? Eso tenía que ser una jodida broma, por supuesto que no lo era. Muchos alfas ya le habían dicho y confirmado que él tenía un aroma muy dulce pero bastante suave, lo suficiente para no ser empalagoso. Y eso era lo que atraía a muchos.
—¿Disculpa? —cuestiona aún en estado de shock.
—Es demasiado dulce. O es porque entrarás en celo pronto, o porque me estás seduciendo —responde con tranquilidad.
De verdad tenía que ser una broma. Una jodida broma. ¿Qué tan narcisista tenía que ser para pensar que era por él?
—Eres un gilipollas. Ni en esta vida, ni en otra, me atrevería a seducir a un alfa, muchos menos como tú.
—¿Cómo yo? —pregunta divertido—. ¿Y cómo es ser como yo?
—Insoportable, narcisista, odioso —responde Jimin, cruzándose de brazos—. No deberías creerte tanto, porque en algún momento alguien va a bajarte de esa nube.
Jimin se levanta y acomoda su bata dispuesto a irse. Sin embargo, Jungkook lo sostiene del brazo y lo jala hacia él, haciendo que el omega cayera sentado sobre la camilla una vez más. Pero esta vez, el alfa se reincorpora y se acerca nuevamente a su cuello.
—Dije que tu olor era insoportable... Pero nunca mencioné las razones —dice, aspirando su cuello. Jimin reprime un gemido cuando siente la respiración de Jungkook muy cerca de su glándula de olor—. Es tan suave y dulce que mi alfa se siente tan excitado ahora mismo.
Jimin definitivamente no estaba preparado para esa conversación, tampoco cuando Jungkook sacó su lengua y lamió su cuello lentamente, haciéndole soltar un jadeo de sorpresa. El aroma entre ambos se volvió tan fuerte que Park se sintió mareado, y cada vez más húmedo, con su agujero lubricando y chorreando su ropa interior. Algo dentro de él chillaba con emoción y le decía directamente; este es. Es nuestro alfa.
Pero Jimin simplemente se negó a creerlo. Quizá era el delirio de feromonas.
—Hueles tan delicioso, podría comerte —Jungkook susurra sobre su oído y lo sostiene de la cintura, volviendo a su cuello y depositando un beso sobre la nuez de adán.
Jimin se derrite en sus brazos y tiembla, si seguía así es lo más probable que terminaría encima suyo, pidiéndole que lo follara.
—Jungkook, no... —Jimin jadea, y aunque se niega, ya se encuentra ladeando la cabeza para que Jungkook siga en lo que está. Se sentía tan bien estar siendo atendido de esa manera en los brazos del alfa.
Había sido algo estricto con su omega al no saciar sus deseos carnales durante esos dos años en soledad, quizá por eso entendía porqué estaba siendo tan sumiso en frente de él.
—Tu lubricante se está derramando por tu estrecho agujero de omega, no te atrevas a mentirme —comenta, antes de atacar su cuello con suaves y superficiales mordidas que no harían daño, lamiéndolo, chupándolo. Jimin estaba ido en el placer, y esta vez no se controló con sus gemidos, sujetando entre sus dedos los cabellos de Jungkook.
—J-Jungkook... Esto está... está mal, alguien podría llegar... —entrecierra los ojos y mira hacia la puerta, esta tenía un vidrio de por medio, aunque claramente distorsionado para que solo las sombras pudiesen verse. Jimin veía gente pasar por enfrente sin detenerse en la puerta, pero aún el miedo de ser pillados de esa manera le aterrorizaba.
—¿Miedo de que se enteren quién es el doctor Park en realidad? —responde con burla—. Un sucio pollito que ya está tan mojado y abierto para que lo follen —las orejas de Jimin se vuelven rojas y trata de apartarlo a toda costa, pero sus manos no ayudan, está débil, atrapado.
Al contrario, pasa sus manos por su abdomen y se deleita con la dureza, deseándole tanto internamente. Estaba acabado, se metería con un paciente y eso iba en contra de su moral. Pero ya no podía más. Solo quería ir a cerrar esa puerta con llave y montársele encima.
Y como si hubiera sido una señal de que estaba por hacer una locura, alguien tocó la puerta, pidiendo permiso para entrar.
Jimin inmediatamente aparta a Jungkook de su cuello y se levanta asustado, acomodando su bata y la camisa para que no notara que estaba apunto de quitársela.
—Oh, doctor Park, aquí están los... —Lia entró a la habitación, pero inmediatamente el olor a feromonas inundó su nariz, haciéndola retroceder y sostener su cabeza.
Al ser una dulce omega, podía reconocer con facilidad todos esos olores mezclados en el aire. Olía a lubricante, a sexo, y almizcle, entre omegas era más fácil reconocer los olores.
—Ustedes dos... ¿Qué se supone que estaban haciendo? —pregunta sorprendida, mirando anonadada a Jimin. Este no dice nada, estaba completamente avergonzando por haberse mostrado de ese modo. Lia malinterpreta ese silencio y lleva una mano a sus labios—. Deberían... Si van a hacerlo, por favor... Solo... respeten el hospital.
—No ha pasado nada, Lia... te lo aseguro. Yo solo estaba cambiando sus vendas y... Ugh, olvídalo. Por favor no menciones nada de esto —suplicó con la mirada.
—No, no lo haré... Pero Jimin, prende el aire acondicionado, cualquiera que entre aquí podría darse cuenta que algo estaba pasando, o estaba apunto de pasar... —dicho esto se dio media vuelta y salió.
Definitivamente no se esperaba pillarlos de ese modo. El ambiente eran tan tenso que hasta se había mareado.
Por otro lado, Jimin suspiró aliviado y se volteó hacia Jungkook.
—Esto... no volverá a pasar, te lo advierto —menciona abochornado—. Ponte una camiseta, te llevaré al jardín.
✧✦✧
Jungkook odiaba depender de otros. No le gustaba para nada, y el tener que ir en silla de ruedas al jardín para evitar que hiciera esfuerzos, lo hacía sentirse el doble de ridículo y patético. Hace tan solo unos días estaba levantando pesas y barriles metálicos como parte de su entrenamiento, y ahora lo paseaban en silla de ruedas. ¿Qué tan frustrante podía ser eso para él?
Jimin que iba en silencio y empujando la silla, notó su mal humor. Sin decir media palabra de acercó a unas bancas del jardín y lo dejó ahí, sentándose a su lado.
—¿Por qué estás tan molesto? —pregunta.
Jungkook se levanta de la silla de ruedas, e inmediatamente Jimin lo ayuda a sentarse en la banca.
—Esto me molesta. Me siento tan inútil y patético —desvía la mirada—. Soy un incompetente, si tan solo hubiera tenido más cuidado en esa misión, nada de esto estaría pasando, yo no estaría aquí jugando al niño enfermo.
El omega lo miró comprensible. Entendía que los oficiales de policía tenían bastante orgullo, y no sólo eso, el orgullo alfa también sobrepasaba los límites. Quizá entendía su frustración, pero como persona, también debía entender que no era inmortal, y que debía cuidarse.
—No estás jugando al niño enfermo, Jungkook. No eres un incompetente tampoco. Las cosas simplemente sucedieron, y deberías agradecer que estás aquí, vivo. Ningún alfa es inmortal y deberías entenderlo —lo mira, cruzándose de brazos—. Pronto saldrás de aquí si sigues con las terapias.
—Eso es un jodido dolor de trasero —desvía la mirada, observado el jardín de tulipanes al frente suyo—. El capitán debe estar tan molesto, ha perdido uno de sus oficiales en una misión tan importante... Estuvimos tan cerca, maldición... —aprieta sus manos con fuerza.
Jimin suspiró y tomó sus manos en las suyas.
Jungkook lo miró con sorpresa.
—Escúchame. Hoy tendrás visitas. El capitán en lugar de recriminarte por estar encerrado aquí, ha estado tan preocupado por ti que siempre manda a uno de sus oficiales a preguntar tu estado. Quiere que te recuperes como debe ser. Así que no seas testarudo y relájate.
—No es tan fácil... No puedo dejar de pensar que quizá, esa misma noche pude haber evitado que se dieran a la fuga. No recuerdo mucho, solo sé que me dispararon varias veces y tropecé, hasta que caí varios metros sobre una cerca de púa y cemento.
Jimin lo miró atento. Ahora entendía esos cortes en sus brazos y las costillas rotas. Lo más seguro es que todo el peso de su cuerpo habría caído sobre ellas, rompiéndolas.
—Fuiste muy valiente... Mírate ahora aquí. Has sobrevivido y es lo importante.
Jungkook suspiró, y sonrió de medio lado.
—He pasado por cosas peores —confiesa—. Aunque bueno, supongo que no debería verle el lado malo, después de todo... —contesta, mirándolo fijamente—. Pude conocerte.
El omega se sonroja y aparta su mirada, nervioso. No entiende porqué las palabras de Jungkook siempre logran afectarlo tanto, es como si... su corazón quisiera salirse de su pecho, y una extraña conexión le dijera; él es nuestro alfa.
—Eh... Yo... —no sabe ni por donde comenzar de lo nervioso que está. El alfa ríe con ternura—. Ya basta. No digas cosas tan vergonzosas.
—Pero te gusta que te las diga —sonríe coqueto, recordando la escena en la habitación. Jimin pareció recordarla también y se puso como un tomate.
—Fue instinto.
—Entonces esto también —Jungkook lo empujó hacia su cuerpo, y acercó su rostro hacia el suyo, mirando sus labios. Jimin siente su corazón y omega brincar de alegría, y es cuando el alfa le roba ese beso tan esperado que deja salir un suspiro enamorado. Jeon besó sus labios dulcemente, el beso era suave, sin intenciones ocultas.
Y Jimin se derritió como un chocolate cuando Jungkook agarró una de sus mejillas y lo empujó más a sus labios. Él por supuesto que aceptó, moviendo los labios sobre los suyos. Y no fue entonces que el alfa se separó de sus labios, dejando un hilo de saliva conectados, mirándolo profundamente, que notó como su omega rasguñó su interior, gritándole; él es, lo encontramos... Es nuestro destinado.
Los ojos de Jimin se ponen acuosos, y llorosos, mirando a Jungkook de cerca.
—Sé que también lo sientes, Jimin... Esta conexión... —dice, acariciando sus mejillas—. Eres tú, mi lobo me grita que eres tú...
Jimin trata de apartarse, asustado, pero Jungkook lo sostiene de la muñeca. No quería creerlo tan rápido, eso no debía suceder así. ¿Realmente era... él? ¿Un alfa mucho menor?
—No huyas... Yo... —entonces, lleva la mano del omega directamente a su pecho, justo al lado de su corazón—. Siéntelo, Jimin. Este es mi lobo aullando por ti.
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